En la entrada de hoy, voy hablar sobre el duelo. Muchos no conoceréis que significa esta palabra pero seguro que lo habéis sentido alguna vez.
La definición según La Real Académica de
la Lengua Española es: "Demostraciones que se hacen para
manifestar el sentimiento que se tiene ante la muerte de alguien".
Aunque
también se llama duelo a la pérdida en general, no tiene por qué ser en
concreto ante la muerte.
Un
ejemplo claro que seguro que habéis vivido y si no lo habéis sentido, quizás
lo experimentéis es la ruptura de una pareja sentimental,
es decir vuestro novio o novia.
Esto también es una
pérdida, un punto de inflexión, en el cual cambia nuestra forma de ser y de
comportarnos, y estamos durante un tiempo tristes.
Hay diferentes
estudios que nos poner de manifiesto que el duelo tiene varias fases que
normalmente se repiten en diferentes situaciones y con personas distintas pero
siempre son las mismas fases, aunque en el contexto donde más claramente se diferencia
es ante la muerte.
La página web
llamada "Apoyo al duelo", trata este tema con
delicadeza y nos pone de manifiesto todo lo necesario para poder afrontar estas
situaciones traumáticas.
La primera fase, es
la Fase de shock, en la cual nos negamos a aceptar la realidad de
lo que está ocurriendo. Estamos desconcertados y no somos muy conscientes de la
situación.
Es una fase con tintes
protectores que nos ayuda en la asimilación de la realidad concebida y puede
durar desde horas hasta varios días.
La segunda fase es la
llamada, de rabia o agresiva, en esta fase nos sentimos inseguros y
con baja autoestima y la rabia y la agresividad contenida puede exteriorizarse
ante las personas que más cercanas tenemos.
A la tercera fase se
la denomina, Fase de desorganización o desesperanza.
En este momento empezamos
a ser consciente de la pérdida, incluso hay personas que dicen sentir aún
"la presencia" de su ser querido. Es común sentir apatía, tristeza,
desinterés...
Y para finalizar, la
última fase es llamada Fase de reorganización, es la fase de
adaptación en la cual aceptamos que nuestro ser querido se ha marchado y no
volverá a nosotros pero poco a poco la tristeza
irá transformándose en una emoción reparadora.
Estas cuatro fases no son rígidas, ya que
podemos ir experimentándolas a los largo del tiempo y volver de
unas a otras.
Cada persona vivirá la pérdida de una
forma distinta y cada uno se recuperará en tiempos diferentes, y aunque el
vacío es irremplazable, debemos avanzar para que nuestra vida sea lo más
confortable posible. Además estas experiencias nos ayudarán como crecimiento
personal.
Un saludo, Lidia.
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